Sor Pilar (Juana Zugazti Bilbao) oso maitatua izan da egon dan tokietan, eta berak ere asko maite
izan gaitu, asko hartu dogu beragandik. Bere hurkotasuna, irriparrea, laguntza
eta abar.
Zenbat ume ez ditu pasatu Sor Pilar-ek bere altzotik, batez ere laguntza aparteko
bat behar ebana. Ume txikiei irakasteko aparta. Zenbat jolas, ipuin, abesti,
antzerki… Azken aldian umeakaz egoan bitartean ahaztu egiten jakon behin baino gehiagotan jateko ordua.
Eta umeakaz esaten doguna, edozein pertsonarekin, edadeko edo gazte; bere
irriparreaz beti laguntzeko prest.
Samintasuna egoan tokian, Sor Pilar, zelan edo halan eskua luzatuz, han
egoan.
Zenbat bisita gaisoei, etxe askotara joaten zan denporalditxo bat gaisoarekin pasatzera eta
nola ez eurekin kafe-esnetxo bat poz-pozik hartzera. Etxeetan oso onartua izan
zan.
Jainkoagan fede handikoa, konfiantzaz bizi zan nahiz eta egoera gogorrak
bizi izan. Otoitzean hartzen eban indarra. Bizitza, bere arazo eta guzti,
eroaten eban otoitzera eta otoitza
bizitzara.
Arrateko Amaren laguntza somatzen eban eta sarritan abesten eutson gogotsu, hain izan da bera “kantarina. “
Hitz baten esatekotan “sencillez” esango neunke. Euskeraz ez dot aurkitzen hitz hain egokirik
beretzat.
Orain, nahiz eta erderaz egon,
alkarrizketa holan izan zan eta. Hemen jartzen dot, mahai inguruan 87 urte egin
zituan egunean biok bakarrik gengozala “gogoratu” zituen gauza batzuk.
Nací en Eibar el 28 de noviembre de 1923 en una familia
cristiana y hoy cumplo 87 años.
Al quitarnos la religión en la escuela fuimos al colegio
de monjas, Aldatze. El padre me dijo que teníamos que pagar, pero el domingo el
Colegio de Aldatze era para todos los niños del pueblo; lo organizaba Don Juan
Ibargutxi. Ibamos muy contentas a Aldatze.
Cuando
entré al Colegio, la Madre Concepción
que era nuestra profesora nos decía: “que las manos de María pasaban por las
manos de Jesús.
Los primeros viernes íbamos pronto al Colegio,
primero confesiones, luego la
Eucaristía y a
continuación el bocadillo antes de ir a clase. Era muy feliz. Yo me confesaba con Don
Gabriel Manterola; las tímidas íbamos con él.
La
primera comunión hice a los siete años en la parroquia de San Andrés con
compañeras de la misma edad.
Yo
quería estudiar y mi padre me dijo, que si valía que estudiara, pero justo
surgió la guerra y no pude ir más al Colegio.
Muchas
iban de religiosa, sobre todo a las Mercedarias que se dedicaban a ancianos.
Como las de Aldatze eran francesas ni se me ocurrió que podía ir, puesto que no
sabía francés; pero no tuve ningún impedimento; me dijeron que aprendería fácilmente . Antonia Lamariano ya estaba en
Saintes cuando yo decidí ir al noviciado. Mère Marie Lucie era la maestra de
novicias.
He
estado en las comunidades de Basauri, Eibar; en estos momentos estoy en Igorre.
Cuando
vivíamos en el Colegio solíamos ir los domingos a misa mayor con los niño@s y a las tardes a pasear. Trabajábamos en la
escuela con los niños y también en la
parroquia: catequesis, misiones etc. Ahora ya jubilada formo parte en el
grupo de Bizian Gora (Vida Ascendente). Nos reunimos cada mes y compartimos el
evangelio del domingo.
Vivimos
tres en Comunidad. Ya poco puedo hacer con mis 87 años. Quisiera contar muchas
cosas pero se me han olvidado, aunque sí puedo decir que soy feliz y lo expreso
con este canto.
Yo nada anhelo
yo soy
feliz,
que el Rey
del cielo
ya mora en mi.
Juana Zugasti Bilbao nació en Eibar el 28 de noviembre de 1923, hija de
José y Pilar. Años revueltos para la religión católica, para una familia
religiosa en un Eibar en evolución republicana.
Ingresó en la Congregación “Hijas
de Santa María de la
Providencia”, en la que tomó el nombre de Sor María del
Pilar, pero en Igorre, donde ha vivido 54 años de su vida en dos periodos
(1954/1970 y 1977/2015), se le conocía como Sor Pilar.
Sus hermanas de comunidad de Igorre nos
hablan de su personalidad sencilla, de una persona cariñosa que quería y se
hacía querer. Su cercanía, su sonrisa y su colaboración llegaban al corazón.
Su pedagogía cercana a los niños le
llevaba a utilizar juegos, cuentos, cantos, representaciones teatrales… “Dejad que los niños se acerquen a mí”,
la frase evangélica de Jesús se hizo carne en esta religiosa que tomó el hábito
el año 1948 e hizo su profesión perpetua el año 1953 estando destinada en
Basauri, justo antes de llegar al Colegio de Igorre.
No solo se dedicaba a los niños, sino que
visitaba a los enfermos en sus casas, sin prisas, con la medicina del cariño y
el consuelo de la sonrisa. Si le ofrecían un café con leche nunca lo rechazaba.
Durante
los dos últimos años de su vida, marcados por la enfermedad, nunca perdió su
sonrisa, su carácter tranquilo. Las mayores dificultades de la vida las llevaba
a la oración, y de la oración volvía a la vida. Con gran fe en la providencia de
Dios acudía con confianza a El. La
Amatxo de Arrate, a la que acudía cantando desde Arratia, era
fuente de paz para ella. Nos enseñó que Arrate y Arratia no están tan lejos.
Como dijeron en su funeral,
celebrado en la parroquia de Igorre, con la presencia de su hermano y familia
de sangre y su familia de la comunidad religiosa de la Providencia: “Atzo, domekea, goizeko 9etan, txori txiki gozo eta kantari batek zerurako
bidea hartu eban. Eta fededun batek ikusi
arte esan euskun”.
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