Igorre,
calle Luis Iruarrizaga, recientemente renovada, a apenas 30 metros de la rotonda
más publicitada de Bizkaia, el viernes 14 a la noche “volaron” cuatro bolardos y una
señal de tráfico de un total de ocho.
Como una
partida de bolos, una tras otro, cuatro bolardos fueron sacados de cuajo de sus
bases, mientras un quinto quedaba dañado por la mitad. En la otra acera, las
farolas recién instaladas, iluminan silenciosas este nuevo despropósito en un
pueblo donde parece que todo vale.
Se barajan
varias hipótesis. Algunos vecinos, que no quieren dar el nombre, hablan de un vehículo
todo terreno con remolque. Otros hablan de vandalismo puro y duro. Mientras
tanto, los cuatro bolardos y medio y la señal de tráfico, arrancados de cuajo,
llevan cerca de una semana abandonados en la acera, esperando quien los coloque
en su sitio original.
Ahora que el
ayuntamiento de Igorre gasta el dinero del presupuesto público, dinero de
todos, en adecentar esta calle que desemboca en la rotonda nueva, otras personas destruyen con
total impunidad lo que es de todos.
Esperamos
que a la mayor brevedad posible, esta calle, vía de acceso popular a la
parroquia, se encuentre arreglada. Máxime ahora que se acercan días tan señalados
como Todos los Santos y día de difuntos, de gran asistencia a oficios
religiosos y al cementerio municipal, lo mismo por parte de vecinos residentes en
la anteiglesia, que por originarios de Igorre que habitan fuera y nos visitan durante
estos días.
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