Cuando el arte se une a la fe popular
El Museo Sacro de parte de dos obras de Sorolla para adentrarse en las reliquias y los relicarios, que a menudo contienen restos de santos, leemos en El Correo español.
Vivir siempre ha sido complicado y es muy probable que hace unos siglos, cuando la gente dependía de las guerras, las cosechas y los caprichos de la corte, lo fuera mucho más. Desde los inicios del cristianismo y de la Edad Media hasta ahora, aunque menos, tocar o besar las reliquias ha sido fuente de esperanza.
Incluso curaba la tartamudez, propiedad atribuida a una momia natural descubierta en el siglo XVI en la sacristía de la iglesia parroquial de Santa María de Errigoiti, cuando se hacían unas reformas. Los feligreses locales la llaman 'gorputz santue'. Como abrir y cerrar el féretro, cada vez que lo pedían, se hizo cada vez más engorroso, le cortaron una mano y la colocaron en una especie de guante de metal. Así podían tomar contacto con ella con más fluidez.
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