Un reportaje de Imanol Fradua en el DEIA del domingo. Hay momentos en los que cualquier persona puede necesitar apoyo para llegar a cumplir las metas vitales prefijadas. O que requiere de colaboración para llegar a mejorar su situación. Y a ese apoyo solidario se encomiendan muchos ciudadanos de Busturialdea y Lea-Artibai. Tanto, que el pasado año, Cáritas atendió a un total de 269 personas de las que un 43% fueron mujeres. “Prestamos ayuda en muchas áreas, ya sea para que los solicitantes lleguen a obtener ayudas sociales como para mejorar su empleabilidad”, asegura el responsable de la V. Vicaría que engloba a ambas zonas, Jose Mari Kortazar. “Y abarcamos todas las edades; desde los más pequeños a los más mayores”, ahondó Kortazar, que puntualiza que “lo que tratamos es de dar apoyo integral a quien lo necesita”.
Los números cosechados por Cáritas en 2022 reflejan que 227 de sus usuarios –de los que el 41% fueron mujeres– buscaron un apoyo integral a su socialización, mientras que otras 23 personas lo hicieron en el ámbito de la promoción social y personal. “Hay que tener en cuenta que hay casos en los que los servicios sociales de base pueden tardar un tiempo a la hora de conceder ayudas y nosotros cubrimos esa demanda de colaboración con las personas. Llegamos a donde no llega el régimen común”, certifica el mundakarra Kortazar, que se ha hecho cargo de la vicaría que engloba Busturialdea y Lea-Artibai este mismo año, después de haberlo hecho durante 12 años en la zona de Arratia.
De la misma forma, también destaca que un total de 32 personas han acudido a las prestaciones de las familias. En este caso concreto, las mujeres fueron mayoría con el 52% de los casos. Y las ayudas versaron sobre todo en cuanto a la infancia –como las clases de refuerzo escolar, “que es un programa “que tiene mucho éxito”, indican– y en mejorar diferentes situaciones en el ámbito familiar.
Kortazar da una pequeña pincelada de lo que supone prestar ayuda en estos programas. “Por ejemplo, tenemos huertas en Gernika-Lumo y Markina-Xemein en la que tratamos de enseñar un oficio los participantes, para que luego ellos puedan volar solos. Es una de las iniciativas más exitosas de las que impulsamos desde la vicaría. Y eso ha impulsado métodos de producción ecológicos”. También existen programas para el acompañamiento escolar de los más pequeños –en breve buscarán tejer alianzas con los centros escolares– “con los que tratamos de cubrir una demanda muy necesaria por parte de las familias. Pero lo que te comentaba anteriormente: lo que tratamos es de ayudar a quienes más necesitan. Es un pilar de nuestra actividad”, remarca.
Ayudas económicas
El balance de Cáritas en Busturialdea y Lea-Artibai no queda ahí. No en vano, otorgaron ayudas económicas por valor de poco más de 70.000 euros –fueron 72.005 los euros repartidos– entre las familias para que los receptores pudieran cubrir sus necesidades. “Estas son ayudas que se dan para llegar a un mínimo” para superar el umbral de la pobreza “y que puedan sortear la situaciones de dificultad que muchos de nuestros vecinos y vecinas siguen padeciendo”, según incide.
“No cerramos la puerta a nadie, siempre estamos dispuestos a echar una mano a quien lo necesite”, asegura Kortazar. No en vano, disponen de un grupo de voluntarios –un total de 54 personas, con una amplia mayoría de mujeres (87%)– “que son las encargadas de llevar adelante todas las iniciativas y atender las necesidades que se presenten en cada momento”. Para ser atendido tan solo es necesario acercarse a los grupos que Cáritas dispone en los cinco grandes municipios de Busturialdea y Lea-Artibai. “Es decir, en Gernika y Bermeo por un lado, y en Markina, Lekeitio y Ondarroa por el otro”.
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