Juanita Aguirre en su casa natal: del baserri a la misión: vasca universal |
La misionera igorreztarra Juanita Aguirre lleva 20 años en
América, de ellos 14 años en Alto Trujillo,Perú. Aprovechamos sus bien merecidas vacaciones
entre nosotras para charlar sin prisas
con ella, antes que el próximo miércoles viaje de regreso a aquellas tierras.
-. Juanita, cuándo
fuiste a América por primera vez y qué motivos te empujaron a ello?
Por primera
vez hice un corto período en Perú donde
tomé conciencia de la realidad que se vivía en la
“Latinoamérica profunda”, tanta a nivel social, económico, cultural o religioso. Y desde 1997 me ofrecí, para trabajar allí,
mientras pueda.
Mi vocación
misionera nació desde niña en esta
parroquia de Igorre, donde venían los misioneros diocesanos de Angola y Ecuador
y nos entusiasmaban con sus relatos. Y
cuando llegó el momento, di el paso…
-. Ahora estás en
Alto Trujillo, Perú. ¿Cuál es tu labor
allí?
Después de
pasar varios años en la selva, ahora
llevo 14 años en Alto Trujillo, zona desértica en la costa del Pacífico, donde
a partir del 2003 iniciamos una nueva
obra educativa y de promoción social.
Alto
Trujillo es un pueblo joven que crece incesantemente en unos arenales en las afueras de la ciudad de Trujillo.
Llamamos “pueblo joven” o “asentamiento humano” porque su población es muy
joven (70% menor de 25 años) y carece de servicios básicos como educación,
salud, vivienda digna, protección ciudadana, asfaltado, etc.
Nos
arriesgamos a iniciar allí un centro educativo-profesional porque nos pidieron
los pobladores, y, al ver tantos niños y
jóvenes deambulando, buscando algo que comer o robar para quitar el hambre de
cada día. Actualmente la situación ha
mejorado bastante en algunos aspectos:
-La educación
básica es obligatoria aunque persiste
una gran deserción escolar porque se ponen a trabajar desde niños o son atrapados por pandillas de
delincuentes.
-La
alimentación de los niños hasta los 12 años está sostenida por el estado peruano que reparte
víveres a todas las escuelas públicas.
Sin
embargo la atención sanitaria pública está colapsada en todo el país. Además muchas familias de nuestro entorno
tienen su precaria vivienda
en terrenos de relleno, donde el agua lo arrastra todo en la primera
riada, como ha ocurrido este mismo año.
Desde
nuestra tarea educativa tratamos de dar respuesta a toda necesidad humana que
surge en nuestro entorno y mucho más que
se podría hacer…
-. ¿Cómo se ve al
Papa Francisco, un obispo sudamericano, desde la Iglesia del Perú?
La elección del
Papa Francisco fue recibida con gran
alegría, porque recoge el sentir y vivir de una gran parte de la sociedad y de
la Iglesia latina, por su forma de ser sencilla y cercana a los pobres, por su compromiso con el cuidado del medio ambiente ,”la casa
común” de todos que debemos cuidar, etc. Nos visitará en Trujillo a comienzos del próximo año.
¿En Arratia, y más en
concreto en Igorre, se multiplican las iniciativas a favor de las labores misioneras: Tómbola solidaria de Navidad,
ofrenda de los niños de Primera Comunión,… ¿Cómo valoras estos esfuerzos?
Arratia
siempre ha tenido sensibilidad solidaria
y misionera. Con las ayudas recibidas
del Ayuntamiento, de algunos particulares y otros grupos sociales y de la
iglesia , se han llevado a cabo campañas contra el hambre, el cuidado de la
salud, estudios, y otras emergencias,
etc. Valoro y agradezco mucho esa colaboración, que, aunque parezca poco aquí,
da mucho de sí allí, para situaciones de emergencia.
¿Qué más puede
ofrecer la Iglesia
de Arratia a las misiones en Alto Trujillo?. Y, ¿qué pueden ofrecer las
Iglesias de América a nuestra Iglesia de Arratia?
Pienso que la Iglesia de Arratia hoy en día debe seguir manteniendo esa
apertura, acogida y solidaridad hacia
otros pueblos y culturas que viven situaciones difíciles de hambre, emigración,
guerras, etc.
A su vez
las Iglesias jóvenes de América latina les pueden ofrecen :
-su fe y total
confianza en Dios, el único que les hará justicia,
-la alegría de vivir contentos con lo poco que tienen,
-su deseo de superación en el dolor y la adversidad,
-su riqueza humana y cultural que les hace vivir felices el
momento presente.
Termino agradeciendo de nuevo a Arratia
su solidaridad hacia los demás y deseándoles que mantengan vivo el
compromiso de ayuda mutua, pues a fin de
cuentas todos estamos llamados a vivir “la fraternidad universal”.
Eskerrik asko Juanita zure fedeagaitik eta testigantzagaitik!
No hay comentarios:
Publicar un comentario