Ahora ha tocado a la iglesia de Igorre. En julio fue la parroquia de Lemoa. Sumamos a ello los robos en Lemoa y Artea, campanas sustraídas en ermitas, la corona de la imagen de la virgen en Gorbeia...
Suma y sigue el vandalismo.
Que yo sepa la Parroquia de Igorre no ha quemado nunca a ninguna bruja, pero parece que alguna sigue con su cruzada. No pintará su baserri ni su local preferido. Mejor cargar la limpieza a erario público (pagamos entre todos) o al privado. Pero del otro.
¿Mejoramos así la adhesión de la sociedad a estas causas, en principio justas, o removemso el ambiente sin más?
Ahora que hemos ganado en sensibilidad con la naturaleza, dejar limpio el entorno, parece un contrasentido dañar el poco patrimono histórico y cultural que nos queda en la anteiglesia. La senda de los talibanes es larga.
Hay que agradecer al Ayuntamiento de Igore el rápido envio de la brigada de trabajo para limpiar estos restos de vandalismo.
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