Abenduko izarrak

sábado, 9 de enero de 2016

Papa Francisco: es atentado a la vida la muerte en el trabajo

José Saladino Orol Souto, joven trabajador de 41 años, vecino de Lemoa, casado con Remedios, padre de tres hijos, ha fallecido esta semana en Otxandio en accidente laboral. La Iglesia de Arratia, al terminar la celebración de su funeral, ha compartido la siguiente nota o reflexión. Esperando la investigación a  cargo de Osalan y sin juzgar personas ni empresas, manifiesta lo siguiente...



Papa Francisco: es atentado a la vida la muerte en el trabajo 

Sobrecogidos por la muerte en accidente laboral de Jose Saladino Orol Souto, padre de familia de 41 años, primer fallecido este año en Euskal Herria en accidente laboral (31 muertos hasta noviembre del año anterior en la Comunidad Autónoma vasca, 31 familias destruidas), apenados por la poca reacción social ante estas víctimas de nuestra sociedad y por la división sindical al protestar por estos fallecidos, la Iglesia de Arratia quiere compartir la siguiente reflexión:

1.- Combatir la resignación. Los accidentes y el deterioro de la salud en el trabajo no son una fatalidad inevitable. Tienen causas muy concretas que se pueden eliminar.

2.- Convertir la salud en el trabajo en una prioridad social. Darnos cuenta de la gravedad de lo que ocurre. Buscar respuestas eficaces. Generar movilización social.

3.- Promover el respeto efectivo de los derechos laborales y combatir la precarización del trabajo. Trabajar por mejorar las condiciones de trabajo.

4.- Denunciar la responsabilidades. Cuando haya incumplimiento de la Ley o malas condiciones de trabajo que ponen en peligro la vida o la salud de los trabajadores y trabajadoras. 

5.- Fomentar la cultura de la prevención en el trabajo. Mejorar las condiciones de trabajo, la información, la formación, la participación de los trabajadores y trabajadoras.

6.- Promover la universalidad del derecho a la salud en el trabajo. Tener en cuenta que muchos trabajadores inmigrantes están al margen de la cobertura debida por estar en una situación laboral irregular.

7.- Promover la solidaridad para construir una nueva cultura de la vida. Poner en primer lugar los derechos de las personas, la cooperación, la solidaridad especialmente con los empobrecidos.

8.- Vivir desde la cercanía a las víctimas de los accidentes de trabajo y de la falta de salud laboral. Sólo desde la cercanía a los otros podremos reaccionar solidariamente y acabar con lo que provoca el sufrimiento injusto de las personas.

9.- Desarrollar mecanismos eficaces de apoyo institucional a las víctimas de accidentes laborales y de enfermedades profesionales, para que no se vean solas reclamando lo que les corresponde.

“Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado”, nos dice el Papa Francisco en su exhortación La alegría del Evangelio (204). Y sigue:  “Estoy lejos de proponer un populismo irresponsable, pero la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral y creando así nuevos excluidos”. O con palabras suyas más rotundas: "Es atentado a la vida la muerte en el trabajo porque no se respeten las mínimas condiciones de seguridad".

A todos se nos plantea revisar nuestros criterios de acción, a qué le damos el máximo valor y qué estamos dispuestos a hacer para conseguirlo. El trabajo es para la vida. En último extremo, qué valor real le damos a cada ser humano, imagen de Dios y hermano de Cristo Obrero.
Lemoa, 9 de enero de 2016





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