María Ajuriagogeaskoa Iturriaga nació en 1941 en el caserío Solobarri del barrio Ajuria de Muxika, en el seno de una familia de nueve hermanos, de los que sobrevivieron ocho, cuatro varones y otras tantas mujeres. La quinta falleció al poco de nacer y ella es la mayor. Publicamos este artículo aparecido en Aldaba, gracias a la generosidad de su autor. Eskerrik asko, Segundo.
Cada cual debe acercarse
a la eternidad a su modo.
(Julian Barnes)
Una breve historia de las Hermanas Josefinas en
Gernika-Lumo, se publicó en Aldaba con motivo del centenario de su llegada a
nuestra villa[1]. En ella se daba cumplida
noticia de los avatares por los que ha pasado la institución en dicha centuria.
Es un hecho que en los últimos años las prácticas
religiosas han decaído de manera importante y paralelamente las vocaciones. En
nuestra infancia y juventud había en Gernika-Lumo carmelitas vedrunas,
clarisas, josefinas, mercedarias, Hermanas de San Vicente Paúl, Hijas de la
Cruz, franciscanos, agustinos, corazonistas… que ahora han cerrado sus centros
o se encuentran muy escasos de personal.
Así, la casa de las josefinas de Gernika-Lumo es
ahora una residencia de ancianas de la orden, donde viven unas 26 josefinas
mayores. Entre ellas se encuentra la ahora biografiada, que ha servido a los
pobres en Angola durante 28 años consecutivos. En un artículo reciente ya
aludimos a que Laura Barinagarrementeria permaneció en ese país como enfermera
durante muchos años[2].
María Ajuriagogeaskoa Iturriaga nació en 1941 en el
caserío Solobarri del barrio Ajuria de Muxika, en el seno de una familia de
nueve hermanos, de los que sobrevivieron ocho, cuatro varones y otras tantas
mujeres. La quinta falleció al poco de nacer y ella es la mayor.
Hasta los doce años acudió a la escuela pública de
su Ajuria natal, donde ejerció de sacerdote el recordado Bonifacio Orbe, “don
Boni”. A los 17 se puso a servir en casa de una familia guerniquesa, pero un
año más tarde regresó a casa a cuidar de los hermanos pequeños, como era
habitual en aquel tiempo.
Poco después ingresó como aspirante, que llamaban
“apostólica”, en las josefinas de Gernika. De aquellos años recuerda que les
enseñaban cultural general y aprendían costura, planchado, y zurcido y bordado
para el exterior. Las aspirantes eran alrededor de una docena. Los domingos por
la mañana acudían a misa a la parroquia de Andra Mari y por la tarde les
llevaban de paseo, acompañadas. La comunidad estaba constituida por unas doce
hermanas.
En Gernika permaneció hasta finalizar el curso 1962,
cuando partió a Madrid a realizar el postulantado, el noviciado y la primera
profesión, que concluyó en 1965. En esos años cosían para una clínica madrileña,
que estaba al cuidado de las josefinas. Entre 1965 y 1969 estudió y se graduó
en enfermería en la Escuela de las Siervas de María. Luego, ejerció como
enfermera en Madrid, Lérida y Manresa hasta que en 1994 fue enviada a Malanje
en Angola. Con carácter previo residió un trimestre en Portugal aprendiendo
portugués que es el idioma dominante en Angola, como excolonia portuguesa que
es, y junto a una compañera portuguesa se trasladó a Angola.
El año 1971 acudió a ese país africano el primer
grupo de josefinas, que permanecieron allí hasta 1975 en que tuvieron que
abandonarlo por la guerra y no regresaron hasta 1990 en que se establecieron en
una vivienda cedida por la diócesis. En 1994, como se ha dicho anteriormente se
trasladó María, con una compañera gallega, para incorporarse a su labor de
enfermera en un hospital de Malanje; otras hermanas se establecieron en la
capital, Luanda. De la estancia en Malanje, donde permaneció hasta 1996, recuerda
que fueron años duros y difíciles porque el país estuvo en guerra hasta 2002 en
que se firmó la paz. Tuvieron a su cargo a 120 huérfanos desnutridos,
abandonados por causa del conflicto bélico.
Durante un curso estuvo en Luanda, trabajando en
diversas obras. A continuación tres hermanas se trasladaron a Lubango (capital
de la provincia de Huíla) a realizar una fundación. Aquí se dedicaron, entre
otras labores, a repartir comida a la población, a alfabetizar en los barrios y
a pasar consulta médica. Construyeron un orfanato para acoger a niños y también
les daban de comer a quienes fabricaban los adobes.
Tenían relaciones con otras congregaciones y guarda
recuerdo de que en Luanda contactó con la anteriormente citada Laura. En
Lubango permaneció un decenio (de 1997 a 2007), año éste en que volvió a
Malanje a una casa en la que disponían de panadería para que los trabajadores
aprendieran a cocer el pan y que luego les sirviera de modo de vida. Aquí
permaneció de 2007 a 2015 y de esta última fecha hasta 2022 regresó de nuevo a
Lubango, año en que se estableció en la residencia de Gernika.
Quiero destacar que además del relato de su
trayectoria que ha quedado aquí reflejado, María conserva el euskera de su
infancia sin contaminar y que da gusto escucharla. Ondo etorria merezitako Gernikako erretirora.
Segundo Oar-Arteta
Gernika-Lumo, primavera
de 2023
[1] Segundo OAR-ARTETA. “Las Josefinas de Gernika-Lumo
cumplen 100 años (1916-2016)”. Aldaba
196 (2016) pp.33-44.
[2] Isabel
AGUIRRE. “Laura Barinagarrementeria. Una apuesta por la vida”. Aldaba 90 (1997), pp. 21-22. y JAIA. “Laura
Barinagarrementeria. Instituto Secular de las Misioneras de Santa María”. Aldaba 112 (2001), pp. 16-17.
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