Jesús Martínez Gordo“En una carta dirigida a
la presidenta de la Asociación Pro Guardia Civil Española (APROGC) el pasado 4
de marzo, el Papa Francisco asegura sus oraciones por las víctimas del
terrorismo y autoriza a la Iglesia española a condenar a los sacerdotes vascos
próximos a ETA”. Es lo que firmaba Youna Rivallain el 10 del mismo mes en el
periódico francés “La Croix”. La verdad es que cuando lo leí me quedé perplejo,
pero no porque me pareciera una novedad lo que allí se recogía, sino porque se
difundiera tal interpretación, sin el debido contraste. Supongo que lo hizo
siguiendo la nota-comentario facilitada, al respecto, por la misma Asociación
Pro Guardia Civil o por los encabezados de algunos medios de difusión no
caracterizados, precisamente, por su ecuanimidad en estos asuntos. Alguno de
ellos, en concreto, sostenía que Roma “confirmaba la sanción al expárroco de
Lemona que justificó la violencia de ETA”.