José Luis ingresó en la orden trinitaria en Algorta, donde se ofició su funeral. Allí comenzó su noviciado el 8 de septiembre de 1952, hizo su primera profesión el 20 de septiembre de 1953 y se consagró para siempre a la Santísima Trinidad mediante la profesión solemne de los votos de pobreza, castidad, obediencia y "no pretender" el 11 de octubre de 1958, en Córdoba. Realizados los estudios eclesiásticos, recibió la ordenación sacerdotal en Córdoba, el 26 de junio de 1960.
Aurrekoetxea cursó los estudios teológicos en la ciudad sultana andaluza y Roma, donde obtuvo el título de licencia en Sagrada Escritura en el Instituto Bíblico de la Pontificia Universidad Gregoriana, en 1974. "Casi toda la misión religiosa y sacerdotal se consumó al servicio del gobierno y formación en la Provincia de la Inmaculada Concepción (España Norte), pues fue Ministro de la casa de Salamanca de 1967 a 1970; consejero provincial de 1970 a 19734; consejero general de 1977 a 1983 y consejero provincial de 1985 a 1988", resume Arsenio Llamazares, Superior Provincial de los Trinitarios de España Norte.El campo de actividad del dimatarra estuvo centrado en la formación: fue maestro de novicios de 1972 a 1976; de enseñanza de Sagrada Escritura en el Colegio mayor de Salamanca de 1964 a 1968; de Enseñanza de Sagrada Escritura en el Instituto Teológico Gaudium et Spes de Salamanca de 1968 a 1977 y de 1983 a 1991. "¡Gran profesor! Todos recuerdan, aún hoy, su claridad expositiva, su preparación, pero, sobre todo, sus dotes humanas", valora Llamazares.
HOMBRE DOCTO A juicio del superior, el religioso vasco era un hombre "docto, sabio, con la humildad de quien es consciente de que por mucho que conozca le queda aún mucho más por aprender", le recuerda y subraya su cualidad de hombre "culto", con una cultura "bastísima: gran músico, pianista y organista, apasionado por la geografía e historia, sobre todo, de su amada tierra vasca, especialista en temas humanísticos".
Aurrekoetxea era un amante de la literatura clásica y un conocedor de numerosas lenguas, un políglota. De entre las antiguas, sabía latín, griego, hebreo y arameo; y de las modernas alemán, inglés, francés, euskera y castellano. "Era un verdadero políglota, un sabio, una enciclopedia. Su saber era muy amplio", señala el párroco del Santísimo Redentor, el trinitario arrasatearra Gotzon Vélez de Mendibil.
"Sí, era un sabio, un pozo de sabiduría sin fondo. Es más, nunca hacía alarde de soberbio orgullo", valora su compañero religioso e, incluso, en su día alumno, el trinitario gasteiztarra José Ángel Urcelay. A estas cualidades, sus compañeros agregan que era un hombre de "pasmosa humildad" y admirado por todos, que "recurrían a él en busca de sabio consejo, sabedores de que jamás daría una respuesta apresurada, sino bien ponderada, escueta y jamás impuesta, sino propuesta", agrega Llamazares. Urcelay apostilla dos opiniones más: "Era terriblemente sensible, cercano y sencillo". Vélez de Mendizabal concluye que el Padre José Luis fue un hombre "muy ecuánime, equilibrado, prudente, pacífico, actualizado: estaba al día. Aurrekoetxea amaba profundamente lo euskaldun y su querido pueblo Dima".
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