“Hemen azpian sinatzen
dugunok, Kataluniako elkarte katolikoen zerbitzura gauden apaiz eta
diakonoek, Ebanjelioaren eta gizatasunaren balioek eraginda eta
zerbitzatu nahi dugun herriarekiko benetako maitasunez, Kataluniaren
izaera nazionala behin eta berriz aitortu duten gure gotzainekin bat
eginez, pentsatzen dutelarik «herri katalanaren bidezko helburuak
entzutea komeni dela»
ADIERAZTEN DUGU
Generalitatearen Gobernua
urriaren 1erako autodeterminazio eskubidearen erreferenduma deitzera
eraman duten gorabehera guztiak kontuak kontuan hartuz eta erreferendum
hori ados jarrita egiteko baldintzak hitzartzea ezinezkoa izan dela
ikusirik, zilegia eta beharrezkoa jotzen dugu erreferendum hau egitea,
eta
Kataluniako katoliko eta
herritar guztiei hausnartu dezaten oraingo gertaeren garrantziaz eta
kontzientziaz botatu dezatela edozein pertsonak bere aukerak askatasunez
adierazteko duen oinarrizko eskubidea erabiliz.
Ikusirik zaila dela alde
guztien arteko elkarrizketa zentzudun eta eraikitzailea izatea, behar
morala sentitu dugu gure ahotsa entzunarazteko Kataluniaren eta
Espainiaren etorkizun hurbil-hurbilerako une erabakigarri honetan”.
Declaración sobre el referéndum de autodeterminación convocado por el Gobierno de Cataluña el próximo 1 de octubre
Los abajo firmantes, sacerdotes y
diáconos al servicio de las comunidades católicas de Cataluña, movidos
por los valores evangélicos y humanísticos que representamos y empujados
por el amor sincero al pueblo que queremos servir, en sintonía con
nuestros obispos, que reiteradamente han afirmado el carácter nacional
de Cataluña y consideran que «conviene que sean escuchadas las legítimas
aspiraciones del pueblo catalán» (Comunicado CET 11-V-2017),
MANIFESTAMOS
que, valorando todas las circunstancias que han llevado a la convocatoria por parte del Gobierno de la Generalidad de un referéndum de autodeterminación el próximo 1 de octubre y ante la imposibilidad de pactar las condiciones para llevarlo a cabo de forma acordada, consideramos legítima y necesaria la realización de este referéndum, y
INVITAMOS
a los católicos y todos los ciudadanos de Cataluña a reflexionar sobre la importancia de los actuales acontecimientos y a votar en conciencia en ejercicio del derecho fundamental que tiene cualquier persona a expresar libremente sus posiciones.
Vista la dificultad existente de un diálogo sereno y constructivo entre todas las partes, nos hemos sentido moralmente obligados a hacer oír nuestra voz en esta hora decisiva para el futuro inmediato de Cataluña y España.
21 de septiembre de 2017
Iturria: https://eutsiberrituz.wordpress.com/
Una apuesta por el diálogo / Una aposta pel diàlec
Ante la escalada de tensión en
Catalunya, una apuesta por el diálogo y por la garantía de los derechos
fundamentales.
Cristianisme i Justícia (CJ) es un centro de estudios en Barcelona con
presencia a través de sus publicaciones y actividades en 124 países de todo el
mundo. CJ lo conforma un equipo de personas comprometidas con la erradicación
de las injusticias desde la reflexión y el pensamiento crítico. Un equipo
plural con personas de Barcelona, Madrid, Valencia, Bilbao, etc.
La actualidad del conflicto político entre Catalunya y España y la escalada
de tensión y actuaciones de los últimos días no nos permiten quedarnos en
silencio. En Catalunya hemos vivido siete años de movilizaciones masivas y
pacíficas por el derecho a decidir primero y por la independencia de Catalunya
después. El detonante principal de este conflicto fue en 2010 la sentencia del Tribunal
Constitucional de recorte de un Estatut de Catalunya aprobado sucesivamente por
mayoría del Parlamento Catalán en 2006, posteriormente por mayoría del
Parlamento Español y finalmente por referéndum en Catalunya. Un conjunto de
políticas recentralizadoras y la desidia de un Gobierno Español completamente
sordo a las demandas tanto de los diferentes gobiernos de Catalunya como de la
ciudadanía han llevado a un aumento de los partidarios del “derecho a decidir”
llegando a un 70-80% del apoyo ciudadano. La falta de iniciativa política y la
incapacidad de diálogo ante una realidad política como la descrita nos ha
llevado donde estamos. Todos deberíamos hacer autocrítica sobre nuestro grado
de responsabilidad en la actual situación.
Somos conscientes de que digamos lo que digamos no será del agrado de
todos, pues las posiciones en nuestro equipo son también dispares, pero hay
unanimidad en los siguientes aspectos:
1. Como
cristianos creemos que la fraternidad es el valor más universal y primario de
la existencia humana. Una unidad impuesta contra la fraternidad es una unidad
no cristiana. Y una libertad que se afirme negando la fraternidad, tampoco es
una libertad verdaderamente humana. De aquí se sigue, como evidente, la
necesidad de diálogo cuando surgen las diferencias y de respeto democrático de
la voluntad de las minorías.
2. El
ejercicio del poder sin política es autoritarismo. Se ha querido trasladar a
los tribunales un trabajo que no les corresponde. Apostamos por la resolución
política y negociada, y no judicial ni policial, del conflicto entre los
gobiernos catalán y español. La doctrina social de la Iglesia afirma que “la
comunidad política está esencialmente al servicio de la sociedad civil y, en
último análisis, de las personas y de los grupos que la componen” (catecismo
Iglesia Cat. n.1910). Por tanto, el poder debe escuchar constantemente el
querer y sentir de la sociedad civil, para “fomentar el bien común del país, no
sólo según las orientaciones de la mayoría, sino en la perspectiva del bien efectivo
de todos los miembros de la comunidad civil, incluidas las minorías”.
(Compendio Doctrina Social de la Iglesia, n.169)
3.
Denunciamos desde este momento toda vulneración de derechos fundamentales. Lo
que estamos viviendo es una escalada de tensión no digna de una democracia. Las
autoridades deben demostrar que las medidas aplicadas son compatibles con los
principios democráticos. El derecho a la libertad de expresión, el secreto de
comunicaciones, el derecho de reunión, etc. deben ser garantizados y ningún
derecho civil puede ser vulnerado. Apoyaremos cualquier respuesta pacífica y no
violenta cuando se vulneren derechos básicos de la ciudadanía.
4.
Rechazamos profundamente toda violencia que pudiera producirse y toda represión
que busque precisamente una respuesta violenta para justificarse. La solución
debe pasar siempre por la negociación pacífica.
Y, por último, siendo una de nuestras misiones tejer puentes de encuentro,
confesamos que un cristiano no debe nunca cerrar las puertas al diálogo (donde
todo lo que no vulnere los derechos fundamentales puede ser tratado), ni
siquiera cuando las posiciones se radicalizan en los extremos y parece
imposible llegar a una solución negociada.
21 de septiembre de 2017
Centre d’Estudis Cristianisme i
Justícia
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