Crónica de Ibai Gómez, en DEIA. Fotos Arratia.tk Tres son los días marcados en el calendario en los que la tradición
manda subir al Gorbeia. Dos de ellos son el primer y el último día del
año, y el tercero, la jornada de ayer, día de San Ignacio de Loyola. Con
motivo de esta festividad cientos de montañeros de toda Bizkaia se
acercaron hasta la cumbre más alta y emblemática de la orografía vasca (de Bizkaia y Araba).
A pesar de la bruma y niebla mañanera que amenazaban la
jornada a primera hora, familias, grupos de amigos, jubilados y jóvenes
recorrieron ayer los doce kilómetros aproximados que separan el
aparcamiento de Pagomakurre de la Cruz del Gorbeia.
Al igual que en años anteriores, la entrada a dicho parking
quedó clausurada desde primera hora de la mañana para evitar atascos y
aglomeraciones en la estrecha vía de acceso que asciende hasta
Pagomakurre. Por ello, la Diputación Foral de Bizkaia dispuso por tercer
año consecutivo un servicio de autobuses gratuito de 07.00 a 19.00
horas ininterrumpidamente para subir desde Areatza -donde se habilitaron
también varios aparcamientos- hasta Pagomakurre.
Como es habitual en la clásica subida del día de San Ignacio, a
las doce del mediodía se celebró la tradicional misa en la ermita de
Nuestra Señora de las Nieves, a la altura del refugio del Club de
montaña Juventus, en las campas de Igiriñao. Esta ceremonia, la misa más
'alta' de Bizkaia, a 1.150 metros de altitud, pretende ser un
recordatorio a los pastores y montañeros fallecidos en las escarpadas
faldas del Gorbeia. Pero este año, el acto, al que acudieron unas 300
personas, estuvo oficiado por José Mari Kortazar, párroco de Zeanuri,
porque Martin Larrauri, el antiguo cura que llevaba varios años
celebrando la misa porque "tenía varios problemas de salud", admite
Kortazar. (Nota de Arratia.tk: Hay que dejar constancia de que el naterior párroco Joseba Iturbe fue el que con buen criterio recogió el testigo de celebrar la misa cuando Martin Larrauri ya no pudo asistir).
BARAUSKARRIE Tras finalizar el acto con el himno de San Ignacio, el Ayuntamiento de Zeanuri ofreció el típico barauskarrie en
la que se ofrecieron galletas, distintos vinos y mosto para todos los
asistentes, mientras un pequeño grupo de txistularis amenizó el
hamaiketako. Ana Mari Etxebarria y Anita Astondoa son dos de las
jubiladas zeanuritarras que repartían ayer las galletas y el vino en
Igiriñao entre los mendizales. "Barau significa ayuno y barauskarrie lo que se come para romper el ayuno" aclaraba Anita Astondoa.
Ana Mari, hija del pastor del Gorbeia, y Anita llevan subiendo
desde que eran niñas a la ermita de Igiriñao el día de San Ignacio.
"Esto se lleva haciendo durante toda la vida. Antes se venía todos los
domingos y festivos del verano y se llenaba de gente de los pueblos.
También se solía organizar una romería y un barauskarrie, como
ahora se sigue haciendo" señalan las dos mujeres. La tradición de subir a
la mayor cumbre vasca se remonta años atrás, cuando en la pequeña
ermita de Nuestra Señora de las Nieves, enclavada entre las rocas del
hayedo de Igiriñao y con unas medidas de tres metros de profundidad y
dos de altura, se oficiaban misas para los pastores que tenían su ganado
en las campas de la montaña. Posteriormente, las ceremonias se
empezaron a hacer más festivas y multitudinarias hasta el punto de que
gente de todo el Valle de Arratia acudía domingos y festivos a las misas
y a la posterior romería que se celebraba en Igiriñao. Con el paso del
tiempo y la industrialización de Bizkaia, los pastores que vivían en el
Gorbeia se fueron reduciendo y al mismo tiempo la tradición fue
decayendo hasta quedarse en lo que es actualmente: la festividad de San
Ignacio.
Buen tiempo Habiendo
dejado ya a un lado el mal tiempo que venía reinando en Euskadi durante
las últimas semanas, la jornada de ayer amaneció brumosa y cubierta de
nubes. Sin embargo, a medida que avanzaba la mañana, el sol fue poco a
poco haciendo acto de presencia mientras las nubes se diluían hasta
acabar en un día totalmente soleado y con temperaturas suaves por debajo
de los 30 grados.
Aunque el Gorbeia no presentaba ayer su mejor aspecto debido a
que tenía varios pasos y caminos en proceso de restauración por el
incesante paso de excursionistas y ganado suelto, el buen tiempo atrajo
en la festividad de ayer a miles de montañeros venidos de todos los
rincones de Bizkaia que no quisieron perderse la festividad de San
Ignacio en el Gorbeia. Asimismo, el dispositivo organizado por el
Ayuntamiento de Zeanuri y el servicio de autobuses gratuitos ofrecido
por la Diputación Foral de Bizkaia ayudaron a que la jornada
transcurriera sin incidentes reseñables ni aglomeraciones innecesarias.
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