Se acerca
la fiesta grande de Zeanuri, el próximo 15 de agosto, y la parroquia ha
culminado con éxito la primera parte del arreglo y puesta a punto de las
campanas del campanario. Esta torre es famosa en la anteiglesia pues ilustra hasta el sello y la imagen corporativa del
municipio arratiano.
El uso
diario de la campana, que marca las horas desde lo alto de la torre, ha
provocado el lógico desgaste en el sistema mecánico de toque. Si antiguamente
se hacían repicar o sonar las campanas manualmente, ahora el toque o el volteo
se hacen por medio de fuerza eléctrica. El consejo parroquial se ha animado a
arreglar y poner a punto el sistema de la campana que más se utiliza, dejando
para próximas fechas otros arreglos.
La delicada
labor la han realizado los campaneros de la empresa especializada Hermanos
Portilla de Cantabria, cambiando rodamientos, cojinetes y martillo para su
óptimo rendimiento.
La parroquia de Andra Mari tiene en la actualidad cuatro campanas en
buen estado de conservación. La más antigua data de 1722, se llama Santa
María, y tiene un diámetro de 136 centímetros. Es la mayor de todas, con un peso aproximado
de 953 kilogramos
y una altura de 125
centímetros. Su inscripción reza de esta manera: REGINA IN CAELUM ASSUMPTA ORA PRO
NOBIS.
Otras dos fueron fundidas en Vitoria-Gasteiz, por la empresa de la Viuda de Murua. La más
pequeña tiene 89
centímetros de diámetro, llamada Kanpaia, y la
mayor 122 cm.,
bautizada como Inmaculada. De 1953 es la denominada Asunción,
como la patrona de la parroquia, y tiene un diámetro de 88 cm. Hoy en día todas ellas
tienen el toque o el volteo mecánico, aunque anteriormente eran utilizadas
manualmente.
El jueves 15 de agosto, a las 11:00 los zeanuritarras serán invitados a
participar en la Misa Mayor
por los repiques y toques de la campana puesto a punto. La colecta de esta Misa
se destinará íntegramente a la obra de reparación del sistema de toque de esta
campana.
La
campana, el Internet de antes
La costumbre de la campana y su uso viene de antiguo. Sus toques y
repiques han sido instrumento de comunicación durante siglos. Marcaba el ritmo
del día y del año, anunciaba reuniones, misas, incendios o fallecimientos.
Según el arte del campanero el vecino ya sabía si el muerto era varón, mujer o
niño. Se han perdido muchas costumbres, dicen que el oficio de campanero se
acaba, pero todavía la campana nos ofrece su alegría a kilómetros.
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