El
papa Francisco va a sostener oficialmente, el miércoles 27 de setiembre en
Roma, el comienzo de una campaña de Caritas Internacional sobre la acogida de los
emigrantes.
Con
este compromiso, el papa muestra una vez más hasta qué punto este tema es
primordial para él, a pesar de las fuertes resistencias que encuentra en
ciertos católicos, leemos en el diario La Croix.
Le pape François s’engage pour les migrants aux côtés de Caritas Internationalis
Le pape François va soutenir officiellement, mercredi 27 septembre à Rome, le début d’une campagne de Caritas Internationalis sur l’accueil des migrants.
Par cet engagement, le pape montre une nouvelle fois à quel point ce sujet est primordial pour lui, malgré les fortes résistances qu’il rencontre chez certains catholiques.
El 20
de julio del 2013, bajo el ardiente sol de Lampedusa, en pleno Mediterráneo,
junto a un altar construido con restos de embarcaciones arrojados sobre la
isla, Francisco tiene el rostro sombrío. Con voz grave, vuelve a hacer la
pregunta de Dios a Caín tras la muerte de su hermano : « ¿dónde está tu hermano ? , su
sangre está clamando hacia mí. »¿Quién es el responsable de la sangre de
estos hermanos y hermanas? ¡Nadie !¿Quién ha llorado por las personas que
estaban en el barco ? », se interroga el papa quien, por la mañana, se ha encontrado
con los guardacostas y una cuarentena de emigrantes. Ellos les han contado su
viaje, los peligros que han sufrido, los barqueros y traficantes… « He sentido que debía venir hoy aquí para
rezar, para tener un gesto de proximidad, pero también para despertar nuestras
conciencias para que lo que ha ocurrido no se repita », confía.
Por su
historia personal, Francisco es por naturaleza sensible a la suerte de los
emigrantes. « Hijo de una familia de
emigrantes »,como se presenta a sí mismo, no puede olvidar que su
familia hubiera podido correr el mismo riesgo si, en 1927, las formalidades
administrativas no hubieran impedido a sus abuelos y a su padre tomar un barco que debía deslizarse a lo
largo de Brasil.
El papa preocupado por la intolerancia contra
los emigrantes
La « cultura del desprestigio »
denunciada por el papa
Pero
para el padre Fabio Baggio, subsecretario encargado de los emigrantes en el
dicasterio para el desarrollo humano integral, hay algo más, detrás de la
preocupación de Francisco por los emigrantes. Más aún que la argumentación
tradicional que pretende ver en la Sagrada Familia huyendo a Egipto el ejemplo
tipo de los emigrantes, es la cuestión de la dignidad del hombre creado por
Dios lo que interroga a Francisco. « La
preocupación mayor del papa, son las personas que viven en situación de
vulnerabilidad », explica el que suele tratar regularmente con él de
estos temas.
Desde
el comienzo de este pontificado marcado por la experiencia de Lampedusa,
Francisco no ha cesado de denunciar « la
cultura del desprestigio » que aparta a los que la sociedad juzga
inútiles, incapacitados, enfermos, ancianos, parados, niños que van a nacer,
emigrantes… Una visión extensiva de la dignidad, en total conformidad con la
doctrina social de la Iglesia, que el papa ha elaborado desde hace años cuando
era arzobispo de Buenos Aires, cuando descubrió el drama de las personas
víctimas de la trata de seres humanos. Ya en aquel tiempo, se interrogaba en
las homilías sobre el tema : « ¿Dónde
está tu hermano ? »
« En una perspectiva cristiana, la defensa
de la persona es prioritaria sobre todo lo demás, recuerda el
padre Baggio. Todo el resto es
corolario : incluso si la distinción es fundamental, somos personas antes
de ser hombre o mujer. Somos personas antes de ser ciudadanos o extranjeros,
antes de ser refugiados o emigrantes, antes de estar en situación regular o
irregular ».
El papa Francisco al encuentro de refugiados acogidos en Roma
La Iglesia como « conciencia
crítica"
Como buen conocedor del pensamiento
occidental, Francisco no hace más que recordar que la dignidad de la persona
humana creada por Dios prima sobre la sociedad política que no es más que el
resultado de una convención entre personas. No es que Francisco niegue el
Estado : el papa argentino ha desarrollado un pensamiento alimentado con
la noción de pueblo. « pero un estado no puede existir sin las
personas, mientras que la persona existe sin estado : el papa no puede
estar de acuerdo con la visión maquiavélica de un estado que prime sobre la
persona ». Resume el padre Baggio.
En este sentido es como hay que entender la
frase del papa que hizo tanto ruido en su
mensaje para la próxima Jornada mundial de los emigrantes, donde
explicaba que « el principio de la centralidad de la persona humana(…)
nos obliga a anteponer la segurida personal a la seguridad nacional ». Francisco
no niega el derecho de los Estados a luchar contra el terrorismo : solo
rechaza que esto se haga a costa de la dignidad humana, y aquí están los
emigrantes.
Este discurso del papa choca con numerosas
resistencias, sobre todo entre los católicos que temen por su identidad.
Francisco lo sabe, pero según fuentes cercanas a él, no tiene la intención de
renunciar al papel de la Iglesia como « conciencia crítica » de
los gobernantes. Dirigiéndose el viernes 22 de setiembre a los directores de la
pastoral de emigrantes en Europa, arañó un « digamos, deber moral de
conservar la identidad cultural y religiosa original » recordando
al Viejo Continente que sus valores se enraizan en el mensaje cristiano.
El papa y los emigrantes un debate que hace
ruido
« Cuanto más reacciones haya, más va a insistir »
El
viernes, subrayaba así que « el desagrado profundo frente a la llegada
masiva de emigrantes y refugiados(…) subraya los límites del proceso de
unificación europea, los obstáculos a los que se enfrenta la aplicación
concreta de la universalidad de los derechos del hombre, los muros contra los
cuales choca el humanismo integral que constituye uno de los más hermosos
frutos de la civilización europea ». Es también una forma de
interpelar a Europa sobre las consecuencias de su política intervencionista en
el mundo, en nombre de los derechos del hombre, de la cual no siempre asume sus
consecuencias.
Tampoco duda en interpelar a los católicos
reticentes y asustados por los emigrantes cultural y religiosamente diferentes.
Les recuerda que los emigrantes cristianos, que han enriquecido a las Iglesia
de Europa con « su devoción y entusiasmo litúrgico y apostólico »,
son « una oportunidad suplementaria de realizar plenamente su
catolicidad ».En cuanto a los que no son católicos, son también una
« nueva frontera misionera » para las cansadas Iglesias
europeas.
Más que ver a los católicos replegarse sobre
su identidad, subraya que los emigrantes de otras religiones son « una
ocasión privilegiada de anunciar a Jesucristo y su evangelio sin moverse de su
propio ambiente, de testimoniar concretamente de la fe cristiana en la caridad
y un profundo respeto para las otras expresiones religiosas ». No un
proselitismo, sino un testimonio de fe en actos, en nombre de la misericordia
de Cristo. « Fui extranjero y me acogisteis ».
« Sobre la custión de los emigrantes, Francisco no cederá en nada
pues es consciente de que ahí está el meollo del mensaje cristiano », resalta Dominique Wolton que acaba de
encontrarse con el papa. « Y como gran político, cuanto más reacciones
encuentre, más insistirá ».
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