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sábado, 18 de septiembre de 2021

Ermitas de Bizkaia, ermitas de Arratia.

Artículo de Gurutzi Arregi (G.B.) publicado en Deia. Arratian dagoan ermita kopuru handia ikusita, sarrera honegaz hasten dogu gure blogaren sail barri bat ermiteei eskeinia. Más de 800 ermitas poblaron Bizkaia a lo largo de los siglos, pero casi la mitad desaparecieron o están en ruinas. La más frecuente es la vecinal, rodeada de una comunidad con intensas relaciones.




Durante los años 1975-1985 recorrí todo el territorio de nuestra Bizkaia rural, urbana y costera, no una, sino varias veces. Acompañada de un equipo del Instituto Labayru, estuvimos en todas y en cada una de las ermitas, y también en todos aquellos lugares donde había ruinas o vestigios de alguna antigua edificación religiosa. Durante estos recorridos tuvimos la oportunidad de conocer a nuestra gente de los pueblos y aldeas, que nos atendieron siempre muy amablemente. Fueron más de mil las personas que me dieron informaciones detalladas sobre las ermitas de su entorno. Así, pude constatar que en el territorio de Bizkaia, que ronda los 2.000 kilómetros cuadrados, habían existido un total de 814 ermitas a lo largo de los siglos.


San Pedro. Undurraga. Zeanuri
Todas ellas quedaron registradas en mi obra Ermitas de Bizkaia, publicada el año 1987 por el Instituto Labayru y la Diputación Foral de Bizkaia. De estas ermitas habían desaparecido 321, si bien conocíamos sus emplazamientos por vestigios aún localizables o por datos que nos aportaban los documentos de historia local. Otras 30 ermitas las catalogamos como arruinadas, aun cuando algunas fueron restauradas posteriormente; 13 ermitas estaban desafectadas, destinadas a otros usos. Según nuestro catálogo, a finales de los años ochenta, 450 ermitas estaban abiertas al culto o a la devoción popular. Considero que este número es, en sí mismo, un exponente para interpretar el entramado cultural y religioso de la sociedad vizcaína a lo largo de los siglos.

Estudiadas las características que nos aportaba este conjunto patrimonial, histórico y religioso nos percatamos de que bajo la denominación común de ermita se encerraba una realidad plural. Por ello, tratamos de establecer un cuadro tipológico con el fin de detectar las funciones que desempeñaron originariamente estas ermitas. Así, establecimos en lo que se refiere a Bizkaia estos tipos:

Ermitas vecinales: las más frecuentes.

Humilladeros: emplazados a la entrada de las poblaciones.


Piedadea. Zeanuri


Limosneras-santutxuak: situadas a la vera de caminos.

Privadas: vinculadas a casas solariegas.

Eremitorios: ubicados en despoblado.

Santuarios: lugares a los que se acudía en peregrinación.


Urkuzu. Igorre. Elizainen aldaketa
La ermita más común en Bizkaia es la ermita vecinal: más de 300 responden a este tipo. Esta ermita se encuentra rodeada de una comunidad de pequeño formato donde las relaciones humanas han sido intensas tanto en el orden asistencial como de ayuda mutua. Este vecindario, auzoa, barrio, ha estado tradicionalmente articulado en torno a su ermita. Las ermitas vecinales nos ofrecen una morfología variada pero, por lo general, son edificaciones que con sus rasgos propios, espadaña y pórtico, apenas se diferencian de los establecimientos humanos que se hallan en su entorno. Desde antiguo, las casas que componen el vecindario, por riguroso turno anual, se encargan del cuidado de la ermita, que es restaurada por los propios vecinos. La fiesta de la ermita es celebrada por todo el vecindario y ha sido ocasión de convidar ese día ella a los familiares que viven en otros lugares.


San Migel. Uribe. Zeanuri
Antiguas Parroquias En nuestra investigación etnográfica pudimos constatar que algunas de estas ermitas vecinales gozan de una especial consideración: son tenidas como antiguas parroquias. Esta tradición atañe a un total de 51 ermitas situadas a lo largo y ancho de Bizkaia: Elorrio, Berriz, Iurreta, Mallabia, Zeanuri, Igorre, Zeberio, Galdakao, Etxano, Morga, Meñaka, Arrieta, Fika, Mungia, Gorliz, Erandio, Muxika, Ereño, Kortezubi, Gautegiz de Arteaga, Forua, Bermeo, Bakio, Arbatzegi-Gerrikaitz, Ziortza-Zenarruza, Markina-Xemein, Aulestia, Berriatua, Gordexola, Güeñes o Galdames. Según nos decían los informantes locales, "ellos habían recibido la tradición de que en otros tiempos se traían desde lejos los muertos para ser enterrados en ese lugar". Esta tradición oral tiene en muchos casos un soporte físico. En las proximidades o en el interior de algunas de estas ermitas se pueden observar restos de antiguos sepulcros, estelas y lápidas funerarias, algunos de ellos con inscripciones latinas. En unas pocas se conservan pilas bautismales de factura muy primitiva. Algunas han dispuesto de una casa adosada o próxima para la serora, freila o ermitaño que estaba al cuidado de la ermita. Todos estos indicios nos sugieren que tales ermitas desempeñaron en la antigüedad las funciones de una iglesia donde se bautizaba y se enterraba.


San Kristobal. Igorre
Disponemos de poca documentación que nos permita establecer detalladamente una distribución eclesiástica de la Bizkaia medieval. La misma institución parroquial en la Edad Media vizcaina requiere un estudio que está por hacer. Durante estos últimos años los arqueólogos, a través de excavaciones en aquellos lugares que por tradición o por testimonios históricos se decía que había enterramientos, están haciendo importantes aportaciones. Hasta que dispongamos de más datos de nuestra historia medieval, desde la etnografía podemos decir que, dado el poblamiento disperso de nuestro territorio de Bizkaia, estas ermitas vecinales que tienen tradición de antiguas parroquias respondían a una primitiva administración, anterior a la configuración eclesiástica actual. Aquella sociedad pastoril y agrícola medieval estaba configurada por pequeñas comunidades vecinales que disponían de un centro de culto sacramental y de enterramiento sagrado. Esta tradición ha llegado hasta nuestros días.

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