Herri eta eliza askotan ospatu da gaur Andra Mariaren Jaiotza. Guk Gizaburuagan ospatu dogu, ondo ospatu ere. Irudia ermitan egoan baina seguridadeagaitik orain parrokian aurkitzen da.
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Patrimonio religioso
La iglesia parroquial de Santa Catalina, en Eguren, nació como ermita dependiente de Santa María de Lekeitio y en 1519 consiguió su desanexión como parroquia independiente. De origen renacentista con deudas góticas, las reconstrucción que sufrió en los siglos XVIII y XIX aportaron características clasicistas y actualmente es un templo de planta rectangular, de una sola nave, trabajada en sillar en la mayoría de sus muros, con contrafuertes a lo largo de su perímetro y torre a los pies que funciona como campanario. Los elementos más antiguos se pueden apreciar en el acceso principal, un arco apuntado de grandes dovelas, con su clave central decorada con cruz en bajorrelieve, que denota su naturaleza renacentista tendiendo al medio punto, en un ingreso ciego lateral, también apuntado y con dovelas decoradas, y en los vanos, de nuevo ojivales tardíos. Recorre uno de sus muros un pórtico a una vertiente sobre antepecho y pilares de piedra y su trasera está gobernada por la torre campanario, el elemento más llamativo de la fábrica. Ésta es fruto de la actuación llevada a cabo en 1815 y se mueve en los parámetros clasicistas típicos. Dividida en dos cuerpos, su parte baja es muy austera, trabajada en mampuesto con esquineros de sillar colocados a soga y tizón, acceso bajo en arco rebajado, óculo en su zona alta y reloj, mientras que el campanario, algo más complejo, se compone de un cuerpo ochavado abierto en arcos de medio punto con línea de imposta para campanas y una cupulilla culminada con linterna y cruz de hierro, rodeando la cumbre pináculos piramidales. Al interior, su pequeño tamaño se cubre con bóveda de cañón sobre pilastras adosadas a los muros perimetrales dando origen a los arcos formeros, de tipo apuntado, mientras que el ábside semicircular se cubre con crucería goticista y se abre a la nave en arco triunfal de medio punto. Aunque humilde su mobiliario tiene algunas piezas reseñables como el retablo mayor, obra de 1806 a modo de tríptico e imágenes de la patrona, San José con el Niño, San Antonio y el Sagrado Corazón; un púlpito de madera de fines del siglo XVIII o principios del XIX con escenas en bajorrelieve, el coro a los pies, la pila bautismal de mármol fechada en 1768 y una Natividad policromada de la misma época.
Solo una ermita tiene este municipio, Nuestra Señora de Oibar, en el barrio de Okamika. Es un edificio barroco del siglo XVIII (1752), aunque antes ya existía en este lugar un templo de culto. De planta rectangular y cubierta a tres aguas, se apareja en mampuesto salvo la fachada principal, los esquinales y los cuatro contrafuertes, dos a cada lado, que lo hacen en buena sillería. Su acceso es adintelado con orejetas molduradas, custodiado a cada lado por aguabenditeras con cruz en bajorrelieve y sobre él aparece el vierteaguas y las ménsulas que sostenían el pórtico, hoy desaparecido, dividiendo el frente en dos, con vano de medio punto para campana en la parte superior. Al interior se aboveda en medio punto con fajones y conserva una Andra Mari, de estilo gótico, de importancia.
Junto al frontón y próximo a la iglesia hay un banco de piedra que contiene un bajo relieve con fecha de 1778 grabada que tiene una típica representación de Calvario, con las tres cruces y algunos instrumentos que representan la pasión como una escalera, un martillo y unas tenazas.
Manu CASTAÑO GARCIA (2007)
Parroquia dedicada a Santa Catalina, arciprestazgo de Lekeitio, diócesis de Bilbao, archidiócesis de Burgos. En 1463 dependía de la matriz de Santa María de Lekeitio, de la que quiso separarse sin éxito. En marzo de 1519 llegó de Roma una importante bula por la que se solucionaban todos los pleitos existentes entre las iglesias de Ispaster, Amoroto y Gizaburuaga con su iglesia matriz, Santa María de Lekeitio. Por esta bula se concedía a las iglesias filiales el derecho a tener presbiterios idóneos para la cura de almas, pila bautismal, sepulturas, etc. El cabildo de Lekeitio debía asignar con residencia perpetua a dos sacerdotes para Ispaster, dos para Amoroto y uno para Gizaburuaga. Los obispos de Salamanca y León y el deán de Calahorra fueron los encargados de que se cumpliese lo mandado. A partir de esta bula, las tres iglesias filiales quedaron constituidas en parroquias. [E. J. de Labayru: Historia General del Señorío de Vizcaya, t. IV, p. 91]. Los moradores de las anteiglesias de Ispaster, Amoroto y Gizaburuaga, que desde 1519 formaban feligresías propias, aunque reconociendo a su matriz Santa María de Lekeitio y a su cabildo los honores debidos y algunas obligaciones, trataron de romper con lo establecido. A causa de una queja del arcipreste, del vicario y de los beneficiados de Lekeitio se dio una provisión para que el corregidor examinara lo que había ocurrido y obrase en consecuencia. (E. J. de Labayru: Historia General del Señorío de Vizcaya, t. IV, p. 183). A fines de 1767, la anteiglesia de Gizaburuaga se encontraba sin casa cural. El brigadier de los Reales Ejércitos, D. Pedro Villarreal de Bérriz y Bengoechea, vecino y propietario de ella, fue el encargado de llevar a buen término la construcción de tal edificio. [E. J. de Labayru: Historia General del Señorío de Vizcaya, t. VI, p. 385]. Gizaburuaga era, hacia el año 1705, localidad integrada en la vicaría de Lekeitio, que pertenecía a la sede episcopal de Calahorra. [E. J. de Labayru: Historia General del Señorío de Vizcaya, t. VI, p. 28].
Ainhoa AROZAMENA AYALA
Eskerrik asko detaileagaitik!
ResponderEliminarBadogu zer ikasi...