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lunes, 3 de julio de 2023

Juanjo Elezkano, un cura con espíritu de músico

 

El párroco de Bermeo publica un videoclip para financiar los gastos del ‘Aita Mari’ l Asegura que “alzar la voz contra el actual drama migratorio” y “ayudar a los refugiados” es lo que le mueve, escribe Imanol Fradua en el DEIA.


Lleva años siendo párroco en Bermeo, ejerciendo de guía de los feligreses de la villa marinera con su habitual vitalidad. En su día a día, Juanjo Elezkano suele estar inmerso en todo aquello que tenga que ver con la actividad parroquial, pero ello no es óbice para que la música le haya acompañado desde hace muchos más años. Y que de vez en cuando se haya lanzado y haya publicado algún disco que otro. Es por ello que no ha dudado en encabezar un proyecto solidario con el que ha recaudado fondos para la embarcación Aita Mari que rescata migrantes durante sus travesías por el Mediterraneo. “Que sea cura no hace que esté alejado de los problemas de los que sufren, no solo en Bermeo, sino en todo el mundo. Y los refugiados son un colectivo vulnerable, que pasan por vergonzosas situaciones, incluso arriesgando sus vidas, por algo tan simple como buscar una vida mejor”, enfatiza. Dicho y hecho: ha lanzado un videoclip de su canción Nor Zaitut? y a través de la página web migranodearena.org ha conseguido reunir 2.276 euros que irán a parar a Salvamento Marítimo Humanitario.

“Ver la imagen de la niña Omayra –una colombiana que murió víctima de la erupción del volcán Nevado del Ruiz en 1985– me hizo ponerme manos a la obra y tratar de combatir las desigualdades a través de la música”, recuerda Elezkano, que paso varios años en Sudamérica antes y pudo comprobar con sus propios ojos “las enormes carencias que sufren aquellos pueblos. Sudamérica me cambió la vida”, agrega. Desde entonces, no ha dudado en “expandir su música allí donde me han querido escuchar, fruto de la necesidad que tiene este mundo de mirar hacia los más desfavorecidos y tenderles la mano, ayudarles en lo que podamos desde lo que llamamos el primer mundo”. Trece son los discos que ha publicado, siendo el último el titulado como Hego eta erro. “El hecho de publicar un disco es algo bastante complicado, y no solo por el hecho de componer canciones, que es algo que me sale de una forma bastante sencilla. Cuando ya tienes la canción viene un proceso muchísimo más complicado: los arreglos musicales, la grabación, pasar por el estudio y demás... y claro, para todo eso hace falta financiación, lo que suele ser lo más complicado de todo”, certifica.

En cuanto a la grabación del videoclip de su última canción, Elezkano confiesa que “ha sido más largo de lo que a priori piensas. Para una canción de apenas cuatro minutos, estuvimos horas”. No en vano, Bermeo fue la ubicación para efectuar la grabación –“no podía ser de otra forma”, según ahonda– y de por medio hubo una embarcación y demás elementos. “Lo que queríamos era trasladar la canción, lo que cuenta es eso, pero también tienes que contar una historia. Y en eso estuvimos durante todo el día”, destaca. De hecho, Elezkano echó mano de conocidos –los refugiados del proyecto Lurre Hurre– para poder rodar el videoclip. “Era más una cuestión de contar la historia de unos refugiados, que ven muchas veces sus sueños y sus derechos pisoteados. Es una vergüenza lo que sucede con estas personas”, cita Elezkano.

En cuanto al dinero recaudado para el Aita Mari de Salvamento Marítimo Humanitario, Elezkano da una razón simple: “Buscábamos recaudar fondos para financiar los gastos de operación del barco Aita Mari y asegurarnos de que pueda seguir salvando vidas y proporcionando asistencia médica y humanitaria a las personas rescatadas”. Con una aportación de 40 euros, la embarcación podrá navegar una milla –1.852 metros–, mientras que con una aportación de cinco euros puede navegar 231 metros. “Cada año, miles de personas migrantes y refugiadas se arriesgan a cruzar el Mediterráneo en busca de seguridad y protección en Europa. Sin embargo, muchos de ellos terminan atrapados en situaciones de peligro y violencia en el mar, poniendo en riesgo sus vidas y las de sus familias”. “Queremos ayudar a organizaciones como Salvamento Marítimo Humanitario para que sigan trabajando y ayuden a estas personas” con el barco de rescate Aita Mari como centro.

Aunque Juanjo Elezkano señala tener aún un sueño musical que cumplir –“que la Azoka de Durango me haga un hueco, cuando ellos quieran y donde ellos quieran, por muy pequeño que sea, para que pueda cantar”–, lo cierto es que el cura de Bermeo dice sentirse “afortunado” por todo lo que ha hecho en su vida. Una vida definida por el sacerdocio y su pasión por la música. Pero siempre con un corazón solidario.

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