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jueves, 5 de marzo de 2020

Los ecos de las makilas de Igorre llegan hasta Perú



“La sonrisa de los niños pobres de aquí será vuestra alegría” (Juanita Agirre, misionera igorreztarra en Perú).

Los ecos rítmicos de las makilas, la víspera de Santa Ageda, se escuchan mucho más lejos de lo que creemos. Los caminos de la solidaridad recorren kilómetros en unos pocos acordes. Si la solidaridad es la sonrisa de los pueblos, la música es su alma.


Decenas de grupos entonan las coplas a Santa Ageda la víspera de su fiesta en Arratia. El coro de Igorre lleva años visitando los baserris y recorriendo las calles de la anteiglesia arratiana. Como en otros muchos años, la buena voluntad de sus vecinos se destina a un fin solidario. Este año se destina a la misión de Juanita Aguirre, moja igorreztarra que lleva muchos años en Alto Trujillo Perú. 



Juanita lleva 17 años en la comunidad que las monjas de Santa María de la Providencia tienen en Alto Trujillo. Esta comunidad creó y, actualmente, dirige un colegio del movimiento “Fe y Alegría” integrado en el sistema público. Este proyecto que en su comienzo contaba con 70 alumnos hoy ofrece educación a más de mil niños y adolescentes. 



El centro educativo funciona gracias al buen trabajo de un amplio equipo humano. Siendo Alto Trujillo un barrio nuevo y humilde, los recursos son escasos, por lo que la ilusión y la perseverancia son indispensables. Así pues, “Fe y Alegría Nº 63 - Santa María de la Providencia” es un jardín en un desierto que ronda los 90.000 habitantes.

El coro de Igorre recaudó la suma de 1.772  euros para esta buena causa, no se olvidan de la importante labor de Juanita a favor de las mujeres y jóvenes de Alto Trujillo, Perú. Vecinos y amigos de Juanita grabaron también un sencillo vídeo de la actuación del coro de Igorre y lo compartieron con ella. Ha llegado el eco. Las buenas obras también tienen eco. Así escribe Juanita desde Perú: “Ví y oí vuestro recital con motivo de Santa Águeda. Gracias de corazón por vuestro buen ánimo por las misiones … La sonrisa de los pobres niños de allí será vuestra alegría…”.



No es el único lazo que une Arratia con Alto Trujillo. Joseba y Mikel, dos jóvenes arratianos, compartieron un mes este verano con los vecinos de este asentamiento y colaboraron en el centro educativo. Ellos compartieron su testimonio: “los jardines que hoy en día son escasos poco a poco se extenderán y los pájaros cantarán en todo Alto Trujillo. Y cuando esto ocurra, aquellos que sepan que esto no siempre fue así recordarán el camino recorrido con agradecimiento y orgullo”.

El canto de los pájaros de Alto Trujillo se enlaza con los ritmos de las makilas, recordándonos, una vez más, que podemos hacer más de lo que creemos en la gran sinfonía de los pueblos que comparten trabajo, fe y alegría.

Más información:

https://arratiaeliza.blogspot.com/2019/10/iraila-alto-trujillon-perun-septiembre.html











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