El 29 de octubre de 2019 se
cumplirá el centenario del incendio de la parroquia de Andra Mari de Zeanuri.
Este suceso originó un gran dilema en el municipio: restaurar la iglesia o
construir una nueva en el casco urbano, en la plaza. Este dilema trajo consigo
una gran polémica entre los vecinos. Con motivo del centenario del incendio, se
pretende organizar un programa de actos que recuerden aquel suceso.
La parroquia de Andra Mari está
situada en la barrida de Eleizondo y junto con la ermita de la Piedad, la cruz de Nestor
Barrenetxea y el cementerio conforman un
interesante conjunto monumental.
Actualemente, la parroquia está
totalmente restaurada y acoge en su interior uno de los retablos más
interesantes de Bizkaia. Pero durante su larga historia Andra Mari ha vivido
innumerables vicisitudes, debido principalmente a problemas de cimentación, y
en más de una ocasión tuvo que ser cerrada al culto; la última vez que tuvo que
cerrar sus puertas fue en mayo de 1994. Tras ser sometida a profundas labores
de rehabilitación el 15 de agosto del año 2000 se abrió de nuevo al culto.
Otro suceso no muy conocido de la
historia de la parroquia es el incendio que sufrió el 29 de octubre de 1919: se
quemó el interior de la iglesia y este hecho suscitó una gran polémica entre
los vecinos sobre qué se debía hacer: restaurarla o construir una nueva iglesia
en el casco urbano. Este dilema dividió a los zeanuriztarras: los vecinos de la
plaza o matxinos eran partidarios de
construir una nueva iglesia en el casco urbano del municipio, en la plaza; por
su parte los baserritarras o jepos se
mostraban a favor de restaurar Andra Mari. Fue esta segunda opción la que
triunfó y finalmente el 19 de marzo de 1923, lunes, festividad de San José, la
parroquia abrió de nuevo sus puertas.
En
Ceanuri
INCENDIO
EN LA IGLESIA
Las
pérdidas se calculan en 28.000 pesetas.
Por el parte que facilitó la Benemérita de Villaro al gobernador civil,
conocimos la noticia del incendio ocurrido el día anterior en la iglesia
parroquial de Ceánuri.
El fuego se declaró á la una y media y fué dominado tres horas después
merced á la eficaz intervención del vecindario.
Fueron pasto de las llamas setenta hacheros colocados en el centro del
templo, cuyo valor se eleva a tres mil pesetas.
Se enseñoreó más tarde el fuego de los altares y del órgano, causando
daños valorados en venticinco mil pesetas.
No ocurrió, por fortuna, desgracia alguna. El incendio fué casual.
Se cree que se inció en uno de los hacheros, debido á que no fué
apagado al terminar la Misa
mayor.
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