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domingo, 9 de septiembre de 2018

De Irán a Artea: familia de cristianos refugiados por su fe



K., 38 años, comerciante de Teherán, E., su mujer, 40 años, profesora de música, y su hija de 12 años A. son una familia cristiana refugiada política por la persecución religiosa en su país, Irán.


Actualmente, están acogidos provisionalmente por la CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) en la residencia de Artea, junto a otros refugiados, en espera de su destino definitivo.

Huyeron una noche de Teherán (Irán) rumbo a Turquía, huyendo de la persecución de la policía. ¿Su delito? Ser cristianos y no querer renunciar a su fe.

Se reunían en las casas particulares, rezando y cantando de forma muy discreta y silenciosa, para no se denunciados. Así y todo, la policía descubrió su comunidad y detuvo a los participantes. Esta familia se salvo al llegar ese día tarde a la asamblea de oración.

De Turquía viajaron a Barcelona donde fueron detenidos por la policía. Su sueño sería llegar a Inglaterra, donde reside una comunidad grande de refugiados iraníes, para poder trabajar allí los padres y estudiar la hija.

Están muy agradecidos de su estancia en Artea y esperan que la CEAR les asigne su destino definitivo.

En la foto los vemos, con la cara tapada, junto a miembros de la parroquia de Artea después de la celebración de la misa de la patrona de Artea, el día 8 de septiembre, Andra Mari.

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