Dimako neska-mutilak: Bidane, Peio eta Izar |
Jesús le contestó:
–El que me ama hace caso a
mi palabra; y mi Padre le amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él. El
que no me ama no hace caso a mis palabras. Las palabras que estáis escuchando
no son mías, sino del Padre, que me ha enviado.
“Os he dicho todo esto
mientras permanezco con vosotros; pero el Espíritu Santo, el defensor que el
Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo
que os he dicho.
“Os dejo la paz. Mi paz os
doy, pero no como la dan los que son del mundo. No os angustiéis ni tengáis
miedo.
Jn 14, 23-28
Continuamos completando el árbol; hasta el momento hemos
colocado las raíces y el tronco. Las raíces son el fundamento del ser
cristiano: la oración, apuesta preferencial por lo pobres y la comunidad. El
tronco simboliza las dos caras de Dios, Dios amor y Dios justicia.
Si vivimos en sintonía con Dios, si aceptamos su propuesta,
viviremos felices, lo cual no significa que vivamos sin problemas. Al abandonar
la infancia cada vez van siendo más nítidos los claroscuros, alegrías y
dificultades se van alternando de forma que no podemos controlar. Dios nos
proporciona dos elementos de ayuda, nos deja la Palabra y la Paz.
La palabra de Dios está recogida en la Biblia y los
evangelios. Se trata de leerlos y llevarlos a nuestra vida. La propuesta de
Jesús tiene validez plena también en nuestros días, se trata de conocerla, de
vivirla y celebrarla.
Y recordando la fiesta de la Presentación de Jesús en en el templo o fiesta de Kandelas, cantemos juntos el Kandelario lario
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